Los nombres de los ríos principales de la Ribeira Sacra provienen de raíces paleoeuropeas que significan agua. Tal es la esencia de esta tierra húmeda, empapada también en lo inmaterial del espíritu del agua, que pervive en los hechizos de las mouras que guardan sus fuentes; en los tesoros ardientes, que siempre acabarán sumergidos en el río; en el amor de sus gentes por las xacias, que moran en los pozos profundos de los ríos; en aquellas armas ofrendadas al Sil, en aquella «religión de las fuentes»; o en las divinas aguas que perseguía Martiño de Dumio fundador de las primeras comunidades monásticas de esta Ribeira.
La vendimia fluvial, las numerosas fiestas y tradiciones, la sacralización de fuentes y la pervivencia de multitud de hidrónimos únicos.